jueves, 27 de diciembre de 2012

...un bardo agradecido...

  Existe una vibración universal que nos conecta, nos eleva y nos recuerda que somos un soplo de aire, una gota contra el suelo, una mirada. Es una energía ineludible, tan poderosa que a nadie deja indiferente, pero al tiempo tan sutil e íntima que en cada uno cobra un sentido completo e intransferible. Cuando te toca te transforma, algunos viven en ella, otros solo sienten su destello y les ilumina en ciertos momentos. Cura heridas, sana almas. Está en todo, y cada objeto de la creación por ínfimo o insignificante que parezca baila a su son y le cede vitalidad. Transporta emoción, comunica sin palabras porque va directa a donde nacen los sentimientos sin tener que pasar por la piel, no engaña, es brutalmente sincera, nos hace amables, felices y completos. Los mejores momentos de nuestra vida aun los hace más grandes, cuando abatidos nos arrastramos nos hace livianos los pesares, nos tiende un lazo invisible que nos pone en pie, y cuando ya caminamos se convierte en un heraldo que nos empuja a las más altas cotas. Que nadie envilezca y mancille a quienes la aman, por pobre que sea su arte su entrega es total, soy tuyo...MÚSICA.



miércoles, 26 de diciembre de 2012

Un graznido en la fría noche

   Las gotas tamborilean acompasadas, y como base de un canto secreto y extraño me introducen en una dulce somnolencia. Veo cenizas, polvo de mí mismo, los pies descalzos acarician esa trampa de huellas, juguetean, caminan... la lluvia hace una ligera pasta, tan suave y oscura que parece un negro plumón. La gravedad hace el resto arrastrando lo que fui, un arroyuelo bajo el cielo nocturno, un rumor, nada más. Las estrellas se dejan mecer desde los gemelos del firmamento, el invierno me rompe, mi aliento se congela y toma una cristalina forma, un ojo, brillante y pequeño; se condensa en una partícula de azabache, pulida y redonda, en ella estoy reflejado. De golpe un revoloteo, doy un paso adelante pero me alejo, es un cuervo, majestuoso y soberbio, tras un salto se entroniza en el esqueleto de un estilizado abedul, me mira, lo miro ¿Soy yo? En parte. Su pico es un cincel, con un graznido fragmenta la roca de mi corazón. Despierto. 

  Su grito es una revelación: despierta, despierta, ¡despierta! Mi guardián y compañero me avisa, lo agradezco; llevaba tiempo buscando una salida. Siempre los druidas contaron con un cuervo, un infatigable ave de inteligencia vivaz y poderes ocultos, algunos incluso fueron enseñados a hablar. Odín, rey de los dioses nórdicos tenía dos a su servicio: Hugin, pesamiento y Munin, memoria. Brennnos...cuervo, estandarte de Morrigan diosa de la guerra. Mensajero entre mundos. Piadoso y vigilante guía, gracias por despertarme.